sábado, 10 de diciembre de 2011

Verano


El verano trae consigo situaciones irreales,
lindas, imprecisas, oníricas,
e inyecta toneladas, pinceladas,
océanos de poesía en las calles,
mojones, parcelas de belleza

Polleras floreadas volando al viento,
con la única brisa del día,
y sandalias percutando las baldosas flojas,
bicicletas ochentosas esquivando árboles y lianas,
Estilos y formas de otras ciudades, alojadas aquí

Un baldazo de agua en la vereda
se lleva las historias de anoche,
pero justo donde entra y cae el saludo de la luz solar,
pálida e impoluta,
se abrazan los planes futuros con avistaje al mediodía

Se retuercen, se revuelcan las ideas y deseos
indecisos, imprudentes, infrecuentes
Se trenzan en pacífica disputa carnal a media altura,
rozando los codos de los troncos centenarios,
se elevan sobre las cabezas, exhibiendo algo
de sus cuerpos desnudos, semi cubiertos por sábanas fantasmales

El vigor del verano maniata a esos cuerpos, nacidos de los cuerpos,
los hace evaporar y se mudan a otros barrios.
Lo que queda es una estela fresca que baña las sombras, abandonadas
por las pieles suaves de vecinas, de vecinos, transpirando ellas y ellos
planes, proyectos, sueños,
ideas y deseos.

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