miércoles, 30 de mayo de 2012

Como todos los días

Ellos no escuchan nada
apostados firmes como piedras


A veces no puedo creer que no escuchen
que disfruten tanto al pegar


Gente que no se imagina nada
que choca de cuerpo pleno con paredes muy vívidas
que absorbe el dolor y aún así no puede repelerlo
ni ver escenarios
No se pisa tierra firme.


La ciudad los escupe,
ata sus tobillos,
y los arrolla triturando con ellos el asfalto
Les retuercen los huesos,
con los que podrían crear, o creer

           Como piedras


Una madre espía por la única ventana,
ve cómo los colores del cielo, muy temprano,
cambian de aspecto sin cesar por unos segundos,
y advierte el tenor de la locura

           Como todos los días


A veces no puedo creer
que no les duela,
que puedan dejar de escuchar
el ruido de la ciudad

        Ellos, esos

            éstos, aquellos


Acá no es allá.

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