lunes, 5 de marzo de 2018

Vértigo

Los ojos llenos de efervescencia,
burbujeantes.
Sus pómulos, palpitantes…
más hacia afuera que hacia adentro.
Una lámina de odio
en su interior,
en algún lugar de su ser.

Del otro lado
la cabeza de un chico asoma detrás de un arma.
Un ojo entornado.

Acá la tierra ya está mojada,
se dijo.

Decir algo solo para tapar el silencio,
pensó.
Qué error.

Si pudiera parar el viento,
imaginó el chico,
sin aflojar sus brazos…
sus pequeños músculos, tensionados.

Sabe lo que es tensionar y tensionarse…
caminar por los bordes,
ver el abismo a cada rato.

Ahí, donde la tierra ya estaba mojada,
se pide menos vértigo y más piedad.

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